Anteriormente no he tenido reparo en mencionar cuando en alguna película o serie tienen imprecisiones en cuanto a la Mitología Griega, como en el caso de la película “Troy”, o “Clash of Titans” (versión 2010), errores que confunden al espectador que confía que lo que está viendo en pantalla es lo mismo que los libros o las tradiciones ancestrales.
No faltó, por ejemplo, quien creyó que Patroclo y Aquiles eran primos, que Menelao fue muerto en Troya, o que Paris y Helena tuvieron su “felices para siempre”. Quienes hemos leído la Ilíada y derivados, sabemos que las cosas no ocurrieron así.
Pues bien, recientemente se acaba de estrenar la serie de la BBC, en co-producción con Netflix; “Troy: Fall of a City”, por lo que es importante mencionar, que únicamente he visto el primer y único capitulo que se ha transmitido hasta el día de hoy y en ese capítulo se basa esta reseña.
Antes de entrar de lleno, debo confesar que, tenía mis dudas, en particular por la controversia que se desató cuando se anunció que Aquiles sería interpretado por un actor de color. Más allá de un asunto racista, la objeción, al menos de mi parte, era que según la mayoría de las descripciones y expresiones artísticas, no mencionan ni un solo rasgo africano, ni ningún otro que indique que Aquiles no poseía el físico clásico de un griego caucásico. Y es que en todo caso, si piensan apegarse a los mitos ¿porque no a las descripciones?
Pero en fin, punto y aparte de la cuota racial que últimamente impera en cine y tv, mi cosquilla mitológica, no dejó de picarme en cuanto supe del estreno del episodio. Y entonces, lo vi.
Todo el capítulo interesante y ágil, a los actores no los reconocí, al menos no de momento, a excepción de la reina Hécuba (Frances O’Connor), a quien ya había visto en la serie “Selfridges”, pero se nota que se trata de una superproducción en todo, el vestuario, los escenarios, una ciudad épica y real.
Fue muy interesante, ver en un solo capitulo, que sin temor a equivocarme, ningún show había abordado, el nacimiento del príncipe Paris (o Alejandro), los acontecimientos que lo llevaron a crecer como un simple pastor, el famoso “Juicio de Paris” donde tiene que elegir de entre la diosas a quien otorgarle la manzana dorada, misma decisión que finalmente lo llevaría a culminar la terrible profecía que su propia hermana Casandra le vaticino desde el momento de su nacimiento; La caída de Troya, y por supuesto, el momento en que se enamora de la reina, Helena de Esparta.
Pero no adelantemos vísperas, ya que aunque sí avanzamos bastante con el primer episodio, podemos también adivinar que nos dosificaran los acontecimientos más relevantes que rodearon la caída de la cuidad más famosa del mundo antiguo en 8 capítulos en total. Así que apelando en mi buena fe, y esperando que el entusiasmo de la primera entrega no merme durante el resto de la serie, (ya que anteriormente me sucedió cuando vi los avances de la película “Hércules”, 2014. Ver los 12 trabajos, y la narrativa del tráiler mencionando que era para expirar sus culpas, pensé que al fin le harían justicia al mito original. Por supuesto no fue así, y resulto uno de los más grandes fiascos).
Así que solo me queda más que pedir que continúen con el trabajo que vi, que sigan abordando los mitos con el mismo apego que en éste episodio ya que no puedo concluir con otra cosa que no sea, que me ha dejado con ganas de más, de mucho más...