domingo, 31 de julio de 2011

HIPÓLITA. LA AMAZONA DEL CINTURÓN

Hipólita es la reina amazona, dueña de un cinturón mágico que le había regalado su padre, Ares, el dios de la guerra. El noveno trabajo de Heracles fue obtener el cinturón, a petición de Admete, la hija de Euristeo. En una versión de la historia, Hipólita se enamoraba de Heracles y le daba el cinturón voluntariamente. De acuerdo con otra Heracles obtenía el cinturón secuestrando a la hermana de Hipólita, Melanipa, y exigiendo el cinturón como rescate, y liberándola tras conseguirlo.


Después de que Heracles obtuviese el cinturón, Teseo, uno de los compañeros de Heracles, secuestra a Antíope, otra hermana de Hipólita. Las amazonas atacan entonces (porque Hera, la enemiga de Heracles, había difundido el malintencionado rumor de que Heracles estaba allí para atacarlas o secuestrar a Hipólita), pero Teseo y Heracles escapan con el cinturón y con Antíope. Según otra versión, Heracles mata a Hipólita en su huida. 

Para rescatar a Antíope, las amazonas atacan Atenas pero fracasan, muriendo en algunas versiones Antíope durante el ataque. En muchas versiones Teseo se casa con Antíope o con Hipólita, teniendo un hijo llamado Hipólito. Teseo terminaría casándose con Fedra, bien tras haber abandonado a su anterior esposa, o tras la muerte de ésta en el parto. 

En la versión en la que Teseo está casado con Hipólita y la abandona, ésta intenta vengarse llevando a las amazonas a la boda de Teseo y Fedra con la intención de matar a todos, aunque fracasa al ser asesinada, según las versiones, por los hombres de Teseo o por Pentesilea, otra amazona.

LAS AMAZONAS. FEMINISMO MITOLÓGICO.

Las Amazonas eran un pueblo de solo mujeres descendientes de Ares, dios de la guerra y de la ninfa Harmonía. Se ubicaban a veces al norte, otras en las llanuras del Cáucaso, y otras en las llanuras de la orilla izquierda del Danubio. En su gobierno no interviene ningún hombre, y como jefe tienen una reina. La presencia de los hombres era permitida siempre que desempeñaran trabajos de servidumbre. Para perpetuar la raza se unían con extranjeros, pero sólo conservaban a las niñas.

En la mitología griega, una nación de mujeres guerreras con quienes los griegos combatieron a menudo. La historia de las Amazonas probablemente se originó en una variante reiterada en muchas culturas respecto de una tierra tan remota que superaba los conocimientos geográficos griegos. Los cuentos comenzaron a acumularse.



Según quien fuere el relator, vivían al sur de Rusia, cerca del Mar Negro, en África o por muchas otras partes. La palabra estaría formada por el prefijo negativo am, falta de y mastos, senos.La historia cuenta que a las niñas se les amputaba un seno o se las ataba con cueros muy tensos para impedir el desarrollo de uno de los senos, facilitando así el uso del arco y la flecha. Muchos estudiosos niegan esta idea.


La leyenda de las Amazonas mezcla mitología, tradición e historias muy antiguas. Según los investigadores, estas tribus capturaban hombres para forzarlos a convivir con ellas hasta que quedaban embarazadas. Luego los mataban o expulsaban de sus tierras. Los hijos varones eran muertos o devueltos a sus padres y las mujeres, conservadas para mantener la cohesión del conjunto.

Varios héroes griegos debieron enfrentarse a las Amazonas: Belerofonte, que primero debió matar a la Quimera, un monstruo mitad león mitad dragón con cabeza de cabra que echaba fuego, que en sus ratos de ocios se atragantaba con rebaños enteros de ovejas.Belerofonte montó al maravilloso caballo Pegaso, alado y volador, y enfrentó a la bestia. La mató rápidamente. Famoso por su hazaña se le encargó enfrentar a las Amazonas y nuevamente el héroe hizo estragos.

Estas prodigiosas aventuras despertaron celos entre sus vecinos y se organizaron para matarlo. Pero, otra vez, Belerofonte los pulverizó. Poderoso e invencible (suponía él), montó a Pegaso, batió sus alas y se elevó a la búsqueda del cielo de Zeus. Allí terminaron sus hazañas.

Otro episodio. La novena tarea de Hércules fue quitarle el cinturón a Hipólita, reina de las Amazonas. Tuvo éxito, pero Hipólita murió al enfrentarlo. Teseo, que lo acompañaba, se apoderó de Antíope, la hermana de Hipólita, y la raptó. Sobrevino la furia de las Amazonas que atacaron Atenas aunque perdieron en el intento.

Como aliadas de los troyanos, tomaron parte en la defensa de Troya, donde su reina, Pentesilea, fue muerta por Aquiles luego de que la aguerrida muchacha matara a varios guerreros griegos.

Las Amazonas adoraban a Artemisa (Diana para los romanos), diosa de la caza, hija de Zeus, hermana de Apolo. Se la asociaba con la castidad, la vida salvaje, la independencia de criterio y la guerra.

En 1540, los españoles comandados por Francisco de Orellana (1490-1546), encontraron en las selvas al norte de Brasil, tribus de mujeres guerreras que combatían con fiereza al lado de los hombres. Los conquistadores dieron su nombre al río Amazonas. El infortunado Orellana habría de morir cuando su barco zozobró y él se ahogó abrazado en las aguas de dicho río.

En un mapamundi del siglo XIII, las Amazonas aparecen como guerreras famosas en cuya provincia hay dos castillos y tierras pobladas de extraños animales. En sus bosques abundan los pájaros fosforescentes cuyas alas alumbran la noche.

El cronista de Magallanes, Antonio Pigafetta, que acompañé a su jefe en la extraordinaria hazaña de circunnavegar el globo terráqueo, sostiene que las Amazonas habitaban la isla de Ocoloro, al sur de Java y sólo eran fecundadas por el viento.

El maestro colombiano Germán Arciniegas (1900-1999), transcribe un texto del navegante español Álvar Núñez Cabeza de Vaca (1490-1557):”Hacia el noroeste habitan y tienen muy grandes pueblos, unas mujeres que tienen mucho metal blanco y amarillo. Los asientos y servicios de sus casas son todos de esos metales. Su reina es una mujer. Muy cerca, se encuentra una nación de pigmeos.

El relato parece ubicarlas en alguna parte del Paraguay. Lo cierto es que las Amazonas formaron parte de los tiempos, de las magias y las fantasías.


En el idioma castellano, la palabra amazona define a una mujer alta y fuerte. También la que monta a caballo y un papagayo de América.

viernes, 29 de julio de 2011

PAN Y SIRINGA

Siringa era una ninfa de la Arcadia que desdeñaba a cuantos faunos, stiros y silenos la pretendían, y que se dedicaba a cazar con un arco de cuerno. 

El dios Pan la encontró un día en que Siringa bajaba del monte Liceo, la vio y al punto se enamoro de ella lanzándose en su persecución. 

Siringa en su huida llego al arroyo Ladon y allí suplico a sus hermanas las ninfas que la socorrieran. 

Estas, conmovidas, la convirtieron en cañas y cuando Pan llegó al lugar no pudo mas que abrazar a un puñado de canutillos huecos en los que Siringa se había convertido, y cuyo rumor le agrado tanto que desde ese momento decidió adaptar sus armonías musicales a ellos, y construir con ellos un nuevo instrumento, una flauta que llevo el nombre de la ninfa: Siringa. 

Se contaba que cerca de Efeso se encontraba situada la gruta en la que Pan haba dejado la primera Siringa o flauta de nueve tubos, así es que la muchacha que afirmaba ser virgen era encerrada en aquella gruta, y si era verdad que lo era, la siringa dejaba oír sus melodías, tras lo cual la puerta se abría sola y la joven aparecía coronada de ramas de pino. 

Caso contrario se oían gritos fúnebres y cuando se abría la puerta la joven haba desaparecido. 

EL DIOS PAN, MACHO CABRIO SEXUAL

Era el semidiós de los pastores y rebaños en la mitología griega. Era especialmente venerado en Arcadia, a pesar de no contar con grandes santuarios en su honor en dicha región. En la mitología romana se identifica a este dios con Fauno.

Pan era, también, el dios de la fertilidad y de la sexualidad masculina desenfrenada. Dotado de una gran potencia y apetito sexual, se dedicaba a perseguir por los bosques, en busca de sus favores, a ninfas y muchachos. En muchos aspectos, el dios Pan tiene cierta similitud con Dioniso.

Era el dios de las brisas del amanecer y del atardecer. Vivía en compañía de las ninfas en una gruta del Parnaso llamada Coriciana. Se le atribuían dones proféticos y formaba parte del cortejo de Dioniso, puesto que se suponía que seguía a éste en sus costumbres. Era cazador, curandero y músico. Habitaba en los bosques y en las selvas, correteando tras las ovejas y espantando a los hombres que penetraban en sus terrenos.

Portaba en la mano el cayado o bastón de pastor y tocaba la Siringa, a la que también se conoce como Flauta de Pan. Le agradaban las fuentes y la sombra de los bosques, entre cuya maleza solía esconderse para espiar a las ninfas.

Se dice que Pan era especialmente irascible si se le molestaba durante sus siestas. Los habitantes de Arcadia tenían la creencia de que, cuando una persona hacía la siesta, no se la podía despertar bajo ningún concepto ya que, de esa forma, se interrumpía el sueño del dios Pan. En este caso, Pan se aproxima a la noción de Demonium Meridianum (Demonio del Mediodía).

Por último, como deidad, Pan representaba a toda la naturaleza salvaje. De esta forma, se le atribuía la generación del miedo enloquecedor. De ahí la palabra pánico que, en principio, significaba el temor masivo que sufrían manadas y rebaños ante el tronar y la caída de rayos.

Pan tiene diecinueve genealogías diferentes.

Según una de las tradiciones, cuando Hermes pastoreaba los rebaños de Driops, tuvo una relación amorosa con una de las hijas de ésta, de la que nació el dios Pan. Según esta teoría, cuando nació, presentaba sus miembros inferiores en forma de macho cabrío y el resto del cuerpo con apariencia de hombre. En la cabeza tenía dos cuernos y su cara era arrugada, con una barbilla prominente, con todo el cuerpo cubierto por una espesa capa de pelo. Se dice que, apenas nacido, escapó a las montañas, donde Hermes tuvo que buscarlo para llevarlo al Olimpo envuelto en una piel de liebre. Una vez allí, lo llamaron Pan, puesto que era la diversión de todos.

Otras tradiciones apuntan a que fue hijo de Zeus y de Hybris, de Zeus y Calisto o de Hermes y una ninfa.

En cuanto a sus relaciones, se dice que tuvo amores correspondidos con la ninfa Pitis, que también era pretendida por Bóreas, dios del viento. Este último, arrastrado por los celos, arrojó a Pitis desde lo alto de una roca. Sintiendo pena, la diosa Gea la transformó en pino, siendo Pan, desde entonces, coronado con las hojas del pino. También existe la creencia de que el pino gime cuando sopla Bóreas