miércoles, 16 de noviembre de 2011

HEBE. LA JUVENIL COPERA DEL OLIMPO

En la mitología griega, Hebe (en griego antiguo Ἥβη Hêbê) era la personificación de la juventud, descrita como hija de Zeus y Hera. Según la Ilíada, Hebe era la ayudante de los dioses: llenaba sus copas con néctar, ayuda a Hera a enganchar los caballos a su carro y bañaba y vestía a su hermano Ares. 

Apolo embriagado de su belleza le regala grandes cantidades de escarolas silvestres que ella come en los banquetes. Hebe, llamada Ganimeda en Phliuntis (Villa del Peloponeso), por su hermosura Zeus la nombro Diosa de la juventud y le confió el cargo de servir a los Dioses el néctar en una copa de oro; pero un día en que al ejercer su oficio dio una caída en la sala del banquete, se avergonzó Atenea en términos que Zeus la separo en el instante de su empleo, confiriéndole al noble Ganímedes ese lugar. Hera la conservo a su servicio, encargándola de la conducción de su carro.

Según la Odisea, se casó con Heracles tras la apoteosis de éste, siendo sustituida en sus labores por el joven príncipe troyano Ganimedes. Sin embargo, tradiciones posteriores contaban que había sido madre con él de dos hijos, Alexiares y Aniceto, y que era una divinidad con el poder de rejuvenecer a los ancianos, como hizo en una ocasión con Yolao por un día cuando éste iba a luchar con Euristeo.

En el arte solía ser representada llevando un vestido sin mangas. Se la consideraba el modelo a que toda mujer en edad de casarse debía aspirar y se representaba como una joven con la mirada alegre, bella y muy sencilla.

Fue adorada en Atenas, donde tenía un altar en el Cinosargo, cerca del de Heracles. Bajo el nombre de Γανυμηδα Ganimeda (femenino de Ganimedes) o Δια Dia fue también adorada en una arboleda sagrada en Sición y Fliunte.

Su equivalente en la mitología romana era Juventas, siendo tradición que los muchachos le ofrecieran una moneda cuando vestían por primera vez la toga de los adultos (la toga viril). Fue adorada desde época muy temprana, pues su capilla en el Capitolio existía antes de que se construyese el templo de Júpiter. Otro templo de Juventas, situado en el Circo Máximo, fue jurado por el cónsul Marco Livio tras la derrota de Asdrúbal, en el 207 a. C., y consagrado 16 años después.

sábado, 5 de noviembre de 2011

ASCLEPIO, PADRE DE LA MEDICINA.


Apolo, dios supremo de la medicina y médico de los dioses, tenía el poder tanto de mandar epidemias con sus flechas como también de eliminarlas. Todos sus conocimientos médicos los trasmitió al Centauro Quirón.

Se dice que Asclepio nació en Tesalia, alrededor del 1.200 a.C. y que ejerció como médico en distintos lugares de Grecia, un periodeuta, que iba de polis en polis.

En la lengua del mito, la versión mas difundida de su nacimiento, es narrada por el poeta Píndaro: hijo producto de los amores de Apolo con Corónide, hija de Flejias rey de los Lapitas, pueblo que venció a los centauros (la razón vence al elemento salvaje ctonio).

Corónide, mantiene relaciones íntimas con el mortal Isquias, estando embarazada de Apolo, llevando a Asclepio en su vientre. Apolo, enterado por un cuervo blanco de la infidelidad, envía a Artemis, su hermana, diosa de la caza y de virginidad, que mata a Corónide con sus flechas en venganza por la infidelidad de la mortal. 

Apolo, mediante una cesárea sobre el vientre muerto de Corónide, saca a Asclepio y lo entrega al cuidado del sabio centauro Quirón quien le enseña el arte de la medicina. Por “alcahuete”, el pobre cuervo de plumaje color blanco, en adelante fue condenado a llevar para siempre el plumaje de color negro.

Otra versión cuenta que el niño fue abandonado en una cueva y con sus resplandores, atrajo la atención de un pastor quien lo entrega a Quirón.

La Hybris o desmesura Asclepio tenía el poder de resucitar a los muertos, hay 2 versiones del modus operandi. Un día en casa de Glauco, gravemente enfermo, observa que una serpiente se acerca peligrosamente a su amigo y con un bastón la mata. Inmediatamente, otra serpiente con unas hierbas en la boca resucita a su compañera muerta. Con estas hierbas, Asclepio resucita a los muertos, provocando una crisis demográfica en la Tierra y despoblando el Hades. 

Otra versión, quizás la mas difundida, relata que Perseo, hijo de Zeus y Dánae, con la ayuda de Hermes y de Afrodita, corta la cabeza de la gorgona Medusa y con la sangre de la vena cava derecha, que tenía propiedades salutíferas, procedió a resucitar a los muertos. De todos modos el resultado de esa acción fue que Hermes, en su versión de Psicopompo (conductor de almas) se queja a Zeus porque se "había quedado sin trabajo" quizás haya sido el primer desempleado. 

Hades, el hermano infernal de Zeus también se queja y el dios del rayo y del trueno no tiene mas remedio que tomar una medida ejemplificadora, fulminar al osado médico y elevarlo al rango de constelación en la de Ofiuco (cuidador de serpientes) Desde entonces Asclepio, es venerado como dios de la medicina.

Se lo representa con sus atributos, una vara de ciprés y una serpiente enroscada en ella, imagen que se conoce como báculo, instrumento mágico místico de sanación y de fortaleza ética en la cuál se apoya el médico. La hybris de ayer es el encarnizamiento terapéutico de hoy. Asclepio, Atenea y el Centauro Quirón. Había una amistad o simpatía entre Asclepio y la diosa Atenea; prueba de ello es que la diosa le entrega a Asclepio, la sangre salutífera de la vena cava derecha de la cabeza de Medusa, es decir el Pharmakón y se guarda el veneno, o sea la sangre del lado izquierdo de la cabeza. 

¿Por qué? Desde el psicoanálisis se intenta una explicación: ambos nacen de padres violentos, Zeus se traga a Metis, madre de Atenea y ésta nace armada de la cabeza de Zeus, con Hefesto haciendo “de partero”. Apolo, padre de Asclepio, manda matar a Coronis. Tanto Atenea como Asclepio, nacen de padres violentos y crecen sin simbolizar la figura paterna. Es decir, los límites del padre, y cometen desmesura en sus acciones. 

Tal vez una objeción a este argumento sea que Atenea como diosa, encarna ella misma la desmesura, una diosa no tiene los límites ni la ética ni las razones de los hombres. En cambio Asclepio, hijo de un dios con una mortal, es mitad humano y mitad divino. Quirón, hijo del dios Cronos y de la ninfa Filira (ninfa del Tilo), es inmortal, pero es mortalmente herido por una flecha envenenada arrojada por Heracles. 

Entonces ambos alumno y maestro, encarnan la tragedia de la carne, del vivir, del sufrir, de la finitud y del anhelo de la inmortalidad; ambos son metáfora de la tragedia del hombre y deben pasar por la ratificación carnal de muerte para alcanzar la inmortalidad.


jueves, 3 de noviembre de 2011

HERACLES. EL TIPICO HEROE MITICO

Zeus, se enamora de la reina Alcmena y yace con ella bajo la forma de su marido Anfitrión. De esta unión (La ultima de Zeus con una mortal) nace Heracles (Hércules) quien está destinado a destruir a los monstruos que aquejan la tierra.

Zeus está orgulloso de su hazaña y no lo oculta. Así que Hera no tarda mucho en enterarse. Zeus intenta calmar la ira de su esposa llamando al niño Heracles que significa "Gloria de Hera". La diosa no queda muy convencida.


Un día Hermes la engaña y la diosa termina dando el pecho a Heracles. Éste que ya tiene mucha fuerza, le muerde el pecho y derrama la leche por el cielo. Es el principio de la Vía Láctea.

Cuando Heracles tiene un año, Hera le manda de regalo dos serpientes. Las serpientes despiertan a los hermanos de Heracles que gritan asustados. Su padre acude corriendo, daga en mano. Y encuentra a Heracles jugando tranquilamente con los cadáveres de las serpientes. Las ha cogido con sus manitas y las ha estrangulado.

A los dieciocho años realizó en cincuenta días una doble hazaña: tras cincuenta días de cacería, mató al león del Citerón,  que ocasionaba grandes estragos en los rebaños de la comarca, vistiéndose con su piel, y, no contento con eso, dejó embarazadas a las cincuenta hijas del rey Tespio. Éste, con el proyecto de que cada una de sus cincuenta hijas tuviera hijos de Heracles, le hizo acostarse cada noche con una distinta, creyendo el héroe que era siempre la misma.

A la muerte de Anfitrión, esposo de Alcmena, Heracles contrajo matrimonio con Mégara, hija de Creonte; pero Hera hizo que en un ataque de locura matase a sus propios hijos, por lo que, recobrado el juicio, consultó sobre su futuro al oráculo de Apolo en Delfos[1], del que recibió la orden de obedecer a Euristeo, rey de Micenas, y realizar los trabajos que éste le mandase como único camino para alcanzar la inmortalidad. De esta forma, Heracles llevó a cabo doce grandes hazañas.

Una vez concluidos estos trabajos, compitió por la mano de Iole y venció en el torneo; pero el padre de la princesa, por temor a una nueva locura del héroe, le impidió casarse con ella. Entonces Heracles, precisamente en un nuevo ataque de locura, mató al hermano de Iole, y fue sentenciado a tres años de esclavitud. Comprado por una reina, Ónfala, se convirtió en un juguete de los caprichos de su ama, hasta el punto de llegar a travestirse.

La aparente degeneración de Heracles fue olvidada tan pronto como cumplió la condena, y el héroe organizó varias expediciones de castigo contra quienes no habían observado su deber con él durante sus anteriores hazañas. Participó también de manera decisiva a favor de su padre Zeus en la revolución de los Gigantes, realizando así su cometido de destructor de monstruos.

Finalmente, Heracles se casó con Deyanira. De la lucha con los centauros había logrado escapar Neso, quien transportaba sobre su lomo a Heracles y Deyanira de una orilla a otra de un caudaloso río. Neso intentó violar a Deyanira, por lo que Heracles lo mató con una flecha envenenada; entonces el centauro, moribundo y vengativo, aconsejó a Deyanira que recogiera su semen y sangre de su herida, pues con la mezcla podría preparar un filtro con el que, llegado el caso, le sería dado reconquistar el amor de Heracles. Deyanira lo cree y así lo hace, sin saber que la sangre que mana de la herida del centauro está inficcionada por el mortal veneno de la Hidra que llevan todas las flechas de Heracles.

La fatal ocasión se presentó cuando el héroe raptó a Iole, tras matar a su padre y destruir la ciudad. Para agradecer a Zeus su ayuda, pidió que Deyanira le enviase ropa adecuada para el sacrificio. La esposa, que creía ciegamente en el filtro de Neso, le mandó una túnica impregnada en la sangre del centauro. Heracles se la puso y, al contacto con su piel, ésta absorbió el veneno. El héroe trató de quitarse la ropa y, al hacerlo, desgarró su carne entre los más espantosos dolores. Enloquecido por el sufrimiento y arrancando los árboles que encontraba a su paso, Heracles se dirigió hacia la cima del monte Eta, hizo allí una pira y su cuerpo fue destruido por las llamas, mientras que su parte inmortal se elevó hacia el Olimpo, donde Hera se reconcilió con él, ofreciéndole a su hija Hebe en matrimonio.

Los doce trabajos de Heracles.

A lo largo de su vida, Heracles puso de manifiesto que poseía las virtudes que más suele admirar la humanidad: valor, bondad, compasión, fuerza, deseo de aventuras; y también los vicios que se disculpan con mayor facilidad: excesivas gula y lujuria, irritabilidad, obcecación.

Los trabajos que, en expiación por haber dado muerte a sus hijos, le fueron encomendados por su pariente Euristeo, rey de Micenas, son el fundamento de la gloria de Heracles como héroe.

El primer trabajo consistió en enfrentarse al gigantesco león de Nemea, que habitaba cerca de Tirinto y era invulnerable. El héroe lo estranguló y lo despellejó con sus propias zarpas.

En el segundo trabajo Heracles tuvo que enfrentarse a la hidra de Lerna, monstruo de múltiples cabezas. Empezó a cortarle las cabezas con la clava, pero cada vez que cortaba una brotaban dos. Además, Hera envió en apoyo del monstruo un enorme cangrejo, por lo que el héroe tuvo que pedir ayuda a su sobrino Iolao, que se dedicó a cauterizar con un tizón los cuellos cercenados para que las cabezas no volvieses a brotar. De esta forma consiguieron dar muerte a la hidra, en cuya venenosa sangre impregnó Heracles sus flechas.

En el tercer trabajo Heracles consiguió acorralar y capturar vivo al jabalí de Erimanto, monte cercano a la Arcadia.

El cuarto trabajo fue la captura de la cierva de Cerinía que, a pesar de ser hembra, poseía una cornamenta de oro. Para no herirla, el héroe la estuvo persiguiendo a la carrera durante un año entero, hasta que consiguió capturarla viva y la llevó a Micenas.

En su quinto trabajo Heracles se enfrentó a las grandes bandadas de aves de rapiña del Estinfalo, lago de Arcadia, a las que el héroe ahuyentó con el estruendo producido por unas grandes matracas de bronce, abatiéndolas luego a flechazos.


El sexto trabajo encomendado por Euristeo consistió en limpiar los establos del rey Augias de Elide, quien poseía un gran número de cabezas de ganado vacuno en inmensos establos que no había limpiado nunca. Heracles se comprometió a realizar esta tarea en un solo día, a cambio de una décima parte de las reses. Aceptado el trato, el héroe desvió el curso de los ríos Peneo y Alfeo, hizo pasar sus aguas por los establos y la corriente arrastró todo el estiércol. El rey, sin embargo, se negó a pagar lo convenido.

En su séptimo trabajo Heracles capturó el toro que había engendrado a Minotauro. Heracles lo llevó de Creta a Micenas.

Como octavo trabajo, Heracles consiguió domar y llevar a Micenas las yeguas antropófagas de Diomedes, rey de Tracia.

En el noveno trabajo Heracles fue en busca del cinturón de la reina de las Amazonas, Hipólita, a la cual se lo había entregado Ares como símbolo de poder. La reina, simulando la entrega, tendió una emboscada al héroe, quien tuvo que matarla para tomar su cinturón.

En el décimo trabajo Heracles se enfrentó a Gerión, monstruo de tres cuerpos unidos por la cintura. Después de matarlo con una flecha, le robó las reses y las condujo desde Cádiz hasta Micenas.

El undécimo trabajo tuvo por escenario el jardín de las Hespérides, y fue una de las hazañas más celebradas del héroe. El jardín de las Hespérides estaba en el extremo occidente, y en él existía un árbol con manzanas de oro. Heracles, tras un largo viaje por todo el mundo conocido, mató al dragón que custodiaba el árbol y se llevó las manzanas de oro a Micenas.

En el duodécimo trabajo Heracles tuvo que descender al Infierno en busca de Cerbero, perro guardián de la entrada del reino de las sombras. Hades, rey del mundo subterráneo, autorizó a Heracles a llevarse el perro si conseguía capturarlo sin armas. Heracles lo consiguió, rescató a Teseo, y regresó con Cerbero a Micenas, mas enseguida lo devolvió para siempre al Infierno.